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Origen del universo, según los dos más grandes científicos de todos los tiempos (existe dios) (página 2)



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(1948) Necesidad de una cultura ética. Creo por
supuesto que el excesivo énfasis en lo intelectual -que
suele dirigirse sólo hacia la eficacia y lo
práctico- de nuestra educación, ha conducido al
debilitamiento de los valores éticos. No pienso tanto en
los peligros que conlleva el progreso técnico para la
especie humana, como en la asfixia de la consideración
mutua entre los hombres por un hábito de pensamiento
inclinado al mero hecho, que se ha   extendido como un
terrible congelamiento sobre las relaciones humanas. La plenitud
en los aspectos morales y estéticos es un objetivo mucho
más próximo a las preocupaciones del arte que a las
de las ciencias.Tiene prioridad, sin duda, la comprensión
de nuestros semejantes. Mas esta comprensión sólo
resulta fecunda cuando la sustenta un sentimiento cordial y
fraterno en la alegría y en la aflicción. El
cultivo de esta elevada fuente de acción moral es lo que
queda de la religión cuando ella se ha purificado de los
elementos supersticiosos. En este sentido, la religión
constituye una parte importante de la educación, en la que
recibe una consideración muy escasa y poco
sistemática. El dilema aterrador que plantea la
situación política mundial está
estrechamente relacionado con este pecado de omisión que
nuestra civilización comete.(1948) Un mensaje a los
intelectuales. Como intelectuales e investigadores de distintas
nacionalidades, nos hallamos hoy enfrentados ante una profunda e
histórica responsabilidad. Existen motivos que nos
impulsan a estar agradecidos a nuestros colegas franceses y
polacos, cuya iniciativa nos ha reunido aquí con un
objetivo esencial: utilizar la influencia de los hombres sensatos
para promover la paz y la seguridad en todo el mundo. Este es el
antiguo problema mediante el cual Platón -uno de los
primeros- luchó empeñosamente: aplicar la
razón y la prudencia para lograr la solución de las
dificultades del hombre en vez de apelar a los instintos
atávicos y a las pasiones. Una penosa experiencia nos
enseña que el pensamiento racional no basta para resolver
las cuestiones de nuestra vida social. La investigación y
el trabajo científico serio han tenido a menudo
trágicas proyecciones sobre la humanidad. Han producido,
por una parte, los inventos que liberaron al hombre de un trabajo
físico agotador y tornaron la vida más rica y
fácil, mientras que, por otra parte, introducían
una grave inquietud en la existencia, pues el hombre se
convertía en esclavo de su ámbito
tecnológico -y más catastrófico
todavía- creaba los medios para su destrucción
masiva. Sin duda nos hallamos frente a una tragedia de terrible
alcance.Por muy afligente que resulte este hecho es más
trágico aún considerar que mientras la humanidad ha
producido muchos investigadores de genio en el campo de la
ciencia y la tecnología, sin embargo no hemos sido capaces
de hallar soluciones adecuadas para los innumerables conflictos
políticos y tensiones económicas que nos abruman.
Por cierto el antagonismo de intereses económicos dentro y
entre las naciones es en gran medida responsable de la
situación peligrosa y amenazante que vive el mundo de
nuestros días. El hombre no ha conseguido desarrollar
formas de organización política y económica
que garanticen la coexistencia pacífica de las naciones
del mundo. No ha logrado edificar un sistema que elimine la
posibilidad de la guerra y que rechace para siempre los
criminales instrumentos de destrucción masiva.

Sumergidos como estamos en el trágico destino que
nos ha llevado a colaborar en la elaboración de
métodos de aniquilación más horribles y
más eficaces cada vez, los científicos debemos
considerar que nuestra solemne y esencial obligación es
hacer cuanto esté a nuestro alcance para impedir que esas
armas sean utilizadas con la brutal finalidad para la que fueron
inventadas. ¿Qué otra cosa podría ser
más importante para nosotros? ¿Qué otro
propósito social podría sernos más deseable?
Debido a estas circunstancias este Congreso tiene ante sí
una misión vital. Estamos aquí para brindarnos
mutuos consejos. Hay que construir puentes espirituales y
científicos que sirvan de enlace entre las naciones del
mundo. Debemos superar los tremendos obstáculos de las
fronteras nacionales. Dentro de las instituciones menores de la
vida comunitaria el hombre ha realizado algunos progresos en el
intento de terminar con las soberanías antisociales. Esto
es cierto en cuanto a la vida dentro de las ciudades, y en
determinada manera, también de la sociedad dentro de los
estados individuales. En esas comunidades la tradición y
la educación han tenido una influencia moderadora y han
contribuido al surgimiento de relaciones de tolerancia entre los
pueblos que viven dentro de esos confines. Sin embargo en las
relaciones entre estados independientes todavía se impone
la anarquía.

No creo que durante los últimos mil años
hayamos logrado algún progreso verdadero en ese terreno.
Los conflictos entre las naciones aún se resuelven, con
mucha frecuencia, mediante el poder brutal, a través de la
guerra. El deseo incontrolado de un poderío siempre mayor
se ha convertido en un elemento activo y agresivo cada vez que se
ha presentado la posibilidad de que sea así. Durante el
transcurso de los siglos este estado de anarquía en los
problemas internacionales ha ocasionado sufrimientos y destrozos
indescriptibles; siempre se ha impedido el desarrollo del hombre,
de su espíritu y de su bienestar. En ocasiones se ha
llegado casi al aniquilamiento de países enteros. Por otra
parte, las naciones alimentan el designio de estar siempre
preparadas para la guerra y esto añade nuevas
repercusiones sobre la vida de los hombres. El poder de cada
Estado sobre sus ciudadanos ha crecido sin pausa en los
últimos siglos, tanto en los países en los que el
poder estatal se ejerce con sensatez como en los que se utiliza
para una tiranización brutal de la ciudadanía. La
función estatal de mantener relaciones pacíficas y
ordenadas entre los ciudadanos se ha convertido en un proceso
cada vez más completo a causa de la concentración y
centralización del moderno aparato industrial. A fin de
proteger a sus ciudadanos de ataques externos, el Estado moderno
necesita ejércitos cada vez más
poderosos.

Además, el Estado estima imprescindible educar a
sus ciudadanos para la posibilidad de una guerra: una
"educación" que no sólo corrompe el alma y el
espíritu de los jóvenes, sino que también
afecta la mentalidad de los adultos. Ningún país
puede evitar esta corrupción que infecta a la
ciudadanía hasta en países en los que no se
profesan abiertas tendencias agresivas. Así el Estado se
ha convertido en un ídolo moderno a cuyo poder de
sugestión sólo pueden escapar algunos pocos
hombres. La educación para la guerra es un engaño,
en efecto. El desarrollo tecnológico de los últimos
años ha creado una situación militar por completo
nueva. Se han inventado terribles armas, capaces de destruir en
pocos segundos importantes masas de seres humanos y enormes
áreas de territorio. Puesto que la ciencia no ha hallado
todavía una protección adecuada, el Estado moderno
ya no está en condiciones de brindar la seguridad
necesaria a sus ciudadanos. ¿Cómo nos salvaremos,
pues? La humanidad sólo estará protegida del riesgo
de una destrucción inimaginable y de una desenfrenada
aniquilación si un organismo supranacional tiene el poder
de producir y poseer esas armas.

No puede pensarse, empero, que en los momentos actuales
las naciones otorgarían dicho poder a un organismo
supranacional, a menos que éste tuviera el derecho legal y
el deber de resolver todos los conflictos que en el pasado han
dado origen a la guerra.

Las funciones de los estados individuales
quedarán limitadas a sus problemas internos, digamos; en
sus relaciones con los estados restantes sólo se
ocuparán de proyectos y cuestiones que de ningún
modo puedan conducir a provocar situaciones de peligro para la
seguridad internacional.

Por desgracia no hay indicios de que los gobiernos hayan
llegado a comprender que en las condiciones en que se encuentra
la humanidad urge que se adopten las medidas revolucionarias ante
tan apremiante necesidad.

Nuestra situación no se puede comparar con
ninguna otra del pasado. Por tanto resulta imposible aplicar
métodos y medidas que en otro tiempo hubieran sido
eficaces. Debemos revolucionar nuestro pensamiento, nuestras
acciones y hemos de tener el valor de revolucionar las relaciones
entre los países del mundo. Las soluciones de ayer carecen
hoy de vigencia, y sin duda estarán fuera de lugar
mañana. Llevar esta convicción a todos los hombres
del mundo es lo más importante y significativo que los
intelectuales hayan tenido jamás que afrontar.
¿Tendrán el coraje indispensable para superar,
hasta donde sea preciso, los resabios nacionalistas con el fin de
inducir a los pueblos del mundo a cambiar sus arraigadas
tradiciones de la manera más radical posible? Es necesario
realizar un supremo esfuerzo. Si ahora fracasamos la
organización supranacional será erigida más
adelante, pero entonces se levantará sobre las ruinas de
una gran parte del mundo hoy existente. Conservamos la esperanza
de que la abolición de la actual anarquía
internacional no deba pagarse con una catástrofe general,
cuyas dimensiones quizá nadie pueda imaginar.El tiempo es
inexorablemente breve. Si deseamos hacer algo debe ser
ahora.(1950) La cultura, una de las bases de la
comprensión mundial. A fin de captar el sentido pleno de
la Declaración Universal de los Derechos del Hombre es
necesario conocer a fondo la situación mundial que dio
origen a las Naciones Unidas y a la UNESCO. La devastación
provocada por las guerras en estos últimos cincuenta
años   ha permitido que todo el mundo comprendiera
que con el actual nivel tecnológico la seguridad de las
naciones sólo puede fundarse en instituciones
supranacionales y en estrictas normas de conducta. Se acepta ya
que a largo plazo una conflagración mundial sólo
puede evitarse si se instituye una federación mundial de
naciones. De este modo, como modesto comienzo del orden
internacional, se fundaron las Naciones Unidas. Empero, esta
institución no es más que el lugar en que se
reúnen los delegados de los gobiernos y no los
representantes de los pueblos, que actúan con
independencia, sobre la base de sus propias convicciones.
Además, las decisiones de las Naciones Unidas carecen de
fuerza ejecutiva para ningún gobierno nacional, ni hay
medios concretos por los cuales se pueda exigir el cumplimiento
de una decisión. La eficacia de las Naciones Unidas se ve
más reducida aún porque se ha negado la
participación a ciertas naciones; excluirlas afecta de
manera negativa el carácter mundial de ese organismo.Sin
embargo; considerado en sí mismo el hecho de que se
planteen y discutan abiertamente los problemas internacionales
favorece la solución pacífica de los conflictos. La
existencia de un foro supranacional de discusión sirve
para que los pueblos se acostumbren de modo gradual a la idea de
que los intereses nacionales deben ser defendidos a través
de las negociaciones pertinentes y no por la fuerza bruta. Creo
que la característica más valiosa de las Naciones
Unidas es este efecto psicológico o educativo. Una
federación mundial supone una nueva clase de lealtad por
parte del hombre, un sentido de la responsabilidad que no se
desvanece en las fronteras nacionales. Para alcanzar su verdadero
significado esa lealtad tendrá que abarcar algo más
que objetivos políticos. Será necesario agregar la
comprensión entre los distintos grupos culturales, la
ayuda mutua económica y cultural. Sólo un esfuerzo
en este respecto originará un sentimiento de confianza
estable, hoy perdida a causa de los efectos psicológicos
de la guerra y deteriorada por la débil filosofía
del militarismo y de la política de las grandes
potencias.

Sin comprensión y sin cierta dosis de confianza
recíproca ninguna institución que vele por la
seguridad colectiva de las naciones promoverá la
simpatía general. A las Naciones Unidas se agregó
la UNESCO, organismo cuya misión es trabajar en favor de
las tareas culturales. La UNESCO ha tenido la capacidad necesaria
para evitar la influencia paralizadora de la política de
las grandes potencias, por lo menos en grado mucho mayor que las
Naciones Unidas. Sólo pueden establecerse relaciones
internacionales sólidas entre pueblos formados por
personas cabales que gocen de cierta independencia; sobre la base
de esta convicción, las Naciones Unidas han elaborado una
Declaración Universal de los Derechos del Hombre que fue
adoptada por la Asamblea General el 10 de diciembre de 1948. La
Declaración estipula una serie de principios fundamentales
y universales que tienden a asegurar la protección del
individuo, evitar la explotación económica del
hombre y salvaguardar el libre desarrollo de sus actividades
dentro de la comunidad. Divulgar estos principios entre los
estados miembros de las Naciones Unidas se considera un objetivo
de gran importancia. De modo que la UNESCO dedica este tercer
aniversario a formular una amplia llamada para establecer que
estas aspiraciones éticas sean una base sobre la cual ha
de restaurarse el equilibrio político de los pueblos. No
se podía evitar que la Declaración se redactase en
la forma de un documento legal, que por su rigidez se expone a
discusiones interminables. No es posible que un texto de esa
índole abarque la gran diversidad de condiciones de vida
en los diversos países miembros de la organización;
por otra parte es inevitable que este tipo de declaración
admita muy distintas interpretaciones de detalle. La tendencia
general de la Declaración, no obstante es
inequívoca y proporciona una base adecuada y aceptable
para el juicio y la acción. Admitir de manera formal
ciertos principios y adoptarlos como líneas de
acción, a pesar de todas las adversidades de una
situación cambiante, son dos cosas distintas, tal como
cualquier observador imparcial puede comprobarlo a través
de la historia de las instituciones religiosas. La
Declaración, entonces, ejercerá una verdadera
influencia sólo y exclusivamente cuando las Naciones
Unidas demuestren con sus decisiones y sus hechos que encarnan de
facto el espíritu de este documento.

(1953) Los derechos humanos. Se han reunido ustedes hoy
para dedicar su preocupación al problema de los derechos
humanos; y han resuelto ofrecerme un premio con tal motivo.
Cuando me enteré del hecho, me deprimió un poco tal
decisión. ¿En qué desdichada
situación, pensé, se encuentra una comunidad para
no encontrar un candidato más adecuado a quien conceder
esta distinción? Durante una larga vida he dedicado todos
mis esfuerzos a fin de lograr una concepción algo
más profunda de la estructura de la realidad
física. Nunca he realizado trabajo sistemático
alguno para mejorar la suerte de los hombres, para combatir la
injusticia y la represión y mejorar las formas
tradicionales de las relaciones humanas. Sólo lo hice con
largos intervalos; expresé mi opinión sobre
cuestiones públicas siempre que me parecieron desgraciadas
y negativas, es decir cuando el silencio me habría
obligado a sentirme culpable de complicidad. Al hablar ahora de
los derechos humanos nos referimos en especial a los siguientes
derechos esenciales: protección del individuo contra la
usurpación arbitraria de sus derechos por parte de otros,
o por el gobierno; derecho a trabajar y a percibir ingresos
justos por su labor; libertad de enseñanza y de
discusión; participación adecuada del individuo en
la formación de su gobierno. Estos derechos humanos se
reconocen hoy de manera teórica; sin embargo, mediante el
uso frecuente de maniobras legales y formalismos resultan
violados en medida mayor todavía que hace una
generación.Existe, además, otro derecho humano, que
pocas veces se menciona, aunque está destinado a ser muy
importante: es el derecho, o el deber, que posee el ciudadano de
no cooperar en actividades que considere erróneas o
dañinas. He conocido personas de gran fortaleza moral e
integridad que por ese motivo han entrado en conflicto con los
órganos del Estado. El juicio de Nürenberg contra los
criminales de guerra alemanes se basaba tácticamente en el
reconocimiento de este principio: no pueden excusarse los actos
criminales aun cuando se cometan por orden de un gobierno. La
conciencia está por encima de la autoridad de la ley del
Estado.(1953) La libertad. Señalemos, dos objetivos sobre
los cuales tal vez estén de acuerdo quienes lean estas
líneas:

1. Los bienes esenciales destinados a sustentar la vida
y la salud de todos los seres humanos, deberían producirse
con el mínimo esfuerzo posible.

2. La satisfacción de las necesidades
físicas es por supuesto la condición previa
indispensable para una existencia decorosa, si bien no es
suficiente por sí sola. Para que los hombres se muestren
satisfechos deben tener también la posibilidad de
desarrollar su capacidad intelectual y artística
según sus características y condiciones
personales.

El primero de estos fines exige la difusión de
todos los conocimientos relacionados con las leyes de la
naturaleza y de los procesos sociales, esto es, el impulso de
todas las investigaciones científicas. No obstante, el
progreso de la ciencia exige que sea posible la difusión
sin restricciones de opiniones y consecuencias: libertad de
expresión y de enseñanza en todos los
ámbitos de la actividad intelectual. Mas las leyes solas
no logran asegurar la libertad de expresión; a fin de que
el hombre pueda exponer sus opiniones sin riesgos serios debe
existir el espíritu de tolerancia en toda sociedad. Un
ideal de libertad externa como éste jamás se
logrará plenamente, aunque debe persistirse en él
con empeño si queremos que el pensamiento
científico avance sin tregua, lo mismo que el pensamiento
filosófico y creador en general. Para lograr el segundo
objetivo, o sea que resulte posible el desarrollo espiritual de
todos los individuos, es necesario un segundo género de
libertad exterior. El individuo no ha de verse obligado a
trabajar tanto para cubrir sus necesidades vitales que no le
quede tiempo ni fuerzas para sus actividades personales. Sin este
segundo tipo de libertad externa, no servirá de nada la
libertad de expresión. La evolución de la ciencia y
de las actividades creadoras del espíritu en general,
reclama otro modo de libertad que puede calificarse de libertad
interior. Esa libertad de espíritu consiste en pensar con
independencia sobre las limitaciones y los prejuicios
autoritarios y sociales así como frente a la rutina
antifilosófica y el hábito embrutecedor del
ambiente. Esta libertad interior es un raro privilegio de la
naturaleza y un propósito digno para el individuo.
Únicamente si se persigue con constancia y conciencia la
libertad interior y la libertad externa es posible el progreso
espiritual y el conocimiento y así mejorar la vida general
del hombre en todos sus aspectos.

(1953) Educación y pensamiento independiente. No
es suficiente enseñar a un hombre una especialidad. Aun
cuando esto logre convertirlo en una especie de máquina
útil no tendrá una personalidad desarrollada de
manera armoniosa. Es indispensable que el estudiante adquiera una
comprensión de los valores y una profunda afinidad con
ellos. Tiene que alcanzar un vigoroso sentimiento de lo bello y
de lo moralmente bueno, De lo contrario, la
especialización de sus conocimientos lo asemejarán
más a un perro adiestrado que a una persona de desarrollo
culto y equilibrado. Ha de aprender a intuir las motivaciones de
los seres humanos, sus sufrimientos e ilusiones para conseguir
una relación adecuada con su prójimo y la
comunidad. Estos elementos espirituales se transmiten a las
generaciones más jóvenes a través del
contacto personal con quienes enseñan, -no en lo esencial
por lo menos- mediante los libros de texto. La insistencia
exagerada en el sistema competitivo y la especialización
prematura fundada en la utilización inmediata matan el
espíritu en que se asienta toda la vida cultural, incluido
el conocimiento especializado. Es asimismo vital para una
educación fecunda que se desarrolle en el joven una
capacidad de pensamiento crítico independiente, proceso
que corre graves riesgos si se sobrecarga al educando con
distintas y variadas disciplinas. Este exceso lleva sin duda a la
superficialidad. La enseñanza debe ser de tal
índole que lo que se ofrece se reciba como un don valioso
y no como un penoso deber.

(1954) Ciencia y religión. En el transcurso del
siglo pasado y parte del anterior se sostuvo de manera
generalizada que existía un conflicto insalvable entre la
ciencia y la fe. La opinión que predominaba entre las
personas de ideas avanzadas afirmaba que había llegado la
hora de que el conocimiento, la ciencia, reemplazase a la fe;
toda creencia que no se apoyara en el conocimiento era
superstición y, como tal debía ser combatida. De
acuerdo con esta concepción, la educación
tenía como única función abrir el camino al
pensar y al conocer, y la escuela, como instrumento decisivo de
la instrucción del pueblo, debía servir sólo
a este fin. Por supuesto que el mejor medio de defender cualquier
convicción es fundarla en la experiencia y en el
razonamiento. El punto débil de esta concepción
resulta, empero, que esas ideas que son inevitables y determinan
nuestra conducta y nuestros juicios no pueden basarse sólo
en este único procedimiento científico.En efecto,
el método científico no puede mostrarnos más
que cómo se relacionan los hechos entre sí y
cómo se condicionan mutuamente. Sin embargo, es manifiesto
también que el conocimiento de lo que es no da acceso
directo a lo que debería ser. Se puede tener el
conocimiento más claro y completo de lo que es, y no
lograr, en efecto, deducir de ello lo que debería ser la
finalidad de nuestras aspiraciones humanas. El conocimiento
objetivo nos proporciona poderosos instrumentos para conseguir
ciertos fines, pero el objetivo último en sí y el
propósito de alcanzarlo deben venir de otra fuente. Por
consiguiente, nos enfrentamos aquí con los límites
de la concepción puramente racional de nuestra existencia.
La inteligencia nos aclara la interrelación entre medios y
fines. Empero, el simple pensamiento no es capaz de
proporcionarnos un sentido de los fines últimos y
fundamentales. Penetrar estos fines y estas valoraciones
esenciales e introducirlos en la vida emotiva de los individuos,
me parece, de manera concreta, la función más
importante de la religión en la vida social del hombre.
Los más elevados principios de nuestras aspiraciones y
juicios nos los proporciona la tradición religiosa
judeocristiana. Es un objetivo muy digno que, con nuestras
débiles fuerzas, sólo logramos alcanzar muy
pobremente, si bien proporciona una base segura a nuestras
aspiraciones y valoraciones. Si se separa este objetivo de su
forma religiosa y se examina en su mero aspecto humano, tal vez
sea posible exponerlo así: Desarrollo libre y responsable
del individuo, de modo que logre poner sus cualidades, con
libertad y alegría al servicio de toda la
humanidad.¿Cuál es, pues, en este problema, la
función de la educación y de la escuela?
Debería ayudarse al joven a formarse en un espíritu
tal que esos principios esenciales fuesen para él como el
aire que respira. Sólo la educación puede lograr
este propósito. Si se tienen estos elevados principios
claramente a la vista, y se los compara con la vida y el
espíritu de la época, se comprueba con pena que la
humanidad civilizada se halla en la actualidad en un grave
peligro. En los estados totalitarios los propios dirigentes se
esfuerzan por destruir este espíritu de humanidad. En las
zonas menos amenazadas son el nacionalismo y la intolerancia, la
opresión de los individuos por medios económicos
los que pretenden asfixiar esas valiosísimas tradiciones.
Así, pues, en lugar de plantear qué es la
religión, preferiría elucidar lo que caracteriza
las aspiraciones de una persona que a mí me parece
religiosa: esta persona es la religiosamente ilustrada, la que se
ha liberado, en la medida máxima de su capacidad, de las
trabas de los deseos egoístas y se entrega a pensamientos,
sentimientos y aspiraciones a los que se adhiere por el valor
suprapersonal que poseen. Por consiguiente, una persona religiosa
es devota en tanto no tiene duda alguna de la
significación y elevación de aquellos objetos y
fines suprasensibles que no requieren un fundamento racional ni
son susceptibles de él. Existen de la misma manera
inevitable y natural con que se da el individuo.

La religión es así el viejo intento humano
de alcanzar clara y completa conciencia de esos objetivos y
valores y fortalecer y ampliar de continuo su efecto. Si se
concibe la religión y la ciencia según lo dicho,
resulta imposible un conflicto entre ellas. Pues la ciencia
sólo puede afirmar lo que es, mas no lo que debiera ser, y
fuera de su ámbito son necesarios juicios de valor de todo
tipo. La religión, por lo demás, enfoca sólo
valoraciones de pensamientos y acciones humanos: no puede hablar,
esto es claro, de datos y relaciones entre datos.

De acuerdo con esta interpretación, los conocidos
conflictos entre religión y ciencia del pasado, deben
atribuirse, sin duda, a una concepción errónea de
la situación que se ha descrito. Empero, aunque los
dominios de la religión y de la ciencia se hallan en
sí mismos muy diferenciados, existen entre ambos
relaciones y dependencias mutuas. Si bien la religión
puede ser la que determine el objetivo, sabe, en efecto, a
través de la ciencia, en el sentido más amplio,
qué medios contribuirán al logro de los objetivos
diseñados. Mas la ciencia sólo pueden crearla
quienes de manera profunda están imbuidos de un deseo
ferviente de alcanzar la verdad y de comprender las cosas. Y este
sentimiento surge, por supuesto, de la esfera de la
religión. Asimismo pertenece a ella la fe en la
posibilidad de que las normas válidas para el mundo de la
existencia sean racionales, es decir, comprensibles mediante la
razón. La ciencia sin religión es coja; la
religión sin ciencia ciega. Respecto a la ciencia es
posible definirla, para nuestros propósitos, como
"pensamiento metódico encaminado a la determinación
de conexiones normativas entre nuestras experiencias
sensoriales". Mas la función de establecer objetivos y de
definir juicios de valor trasciende su propio fin. Aunque es
cierto que la ciencia, en la medida en que capta conexiones
causales puede llegar a conclusiones importantes sobre la
compatibilidad e incompatibilidad de objetivos y valoraciones,
las definiciones independientes y esenciales sobre objetivos y
valores quedan fuera de su alcance. La religión enfoca la
actitud del hombre frente a la naturaleza en su conjunto,
establece ideales para la vida individual y comunitaria, y las
mutuas relaciones humanas. La religión trata de alcanzar
esos ideales al ejercer una influencia educadora en la
tradición por difusión de determinados pensamientos
y narraciones de fácil acceso -epopeyas y mitos– capaces
de influir en la valoración y la acción dentro del
marco de los ideales afectados. Este contenido mítico, o
más bien simbólico, de las tradiciones religiosas
suele entrar en conflicto con la ciencia. Las actitudes morales
de un pueblo que se apoya en la religión han de estar
siempre encaminadas al objetivo de mantener y preservar la salud
y la vitalidad comunitarias y las de los miembros de la
comunidad, ya que de lo contrario la comunidad perecería.
Un pueblo que honrase la falsedad, la difamación, el
fraude y el asesinato no podría subsistir durante mucho
tiempo.

Si observamos las condiciones de vida actuales de la
humanidad civilizada, aun según el aspecto de las normas
religiosas más elementales, sentimos, sin duda, una
desilusión muy dolorosa ante lo que se nos ofrece. Porque
en tanto la religión prescribe amor fraterno en las
relaciones entre individuos y grupos, el escenario más
semeja un campo de batalla que una comunidad hermanada. El
principio rector es en todas partes, tanto en la vida
económica como en la política, la lucha implacable
por el éxito a expensas del prójimo. Este
espíritu competitivo predomina hasta en las escuelas y
universidades y al destruir todos los sentimientos de
cooperación y fraternidad, concibe el triunfo no como algo
que emerge del amoral trabajo fecundo y concienzudo, sino como
algo que nace de la ambición personal y del temor al
rechazo. Hay pesimistas que sostienen que esta situación
es inevitable, inherente a la naturaleza de los seres humanos.
Quienes proponen estas opiniones son los enemigos de la
religión; sostienen implícitamente que las
doctrinas religiosas son ideales utópicos no aptos para
regir los problemas humanos.

Los interesados en estos temas, cruciales en el estudio
de la religión, deberían leer lo que nos dice de
los indios pueblo el libro Pattern of Culture de Ruth Benedict.
Al parecer, esta tribu ha logrado, en las condiciones de vida
más duras, el difícil objetivo de liberar a sus
miembros de la presión del espíritu competitivo e
inculcarles una forma de vida fundada en la moderación y
la cooperación, libre de coacciones externas y sin ninguna
restricción de la felicidad.La interpretación de la
religión aquí expuesta implica una
subordinación de la ciencia a la actitud religiosa, una
relación que se menosprecia con demasiada facilidad en
esta época materialista por excelencia.Si bien es cierto
que los resultados científicos son desde luego
independientes de las consideraciones morales o religiosas, no
hay duda de que todos los individuos a los que debemos los
grandes descubrimientos fecundos de la ciencia se hallaban
imbuidos de la convicción, genuinamente religiosa, de que
este universo nuestro es algo perfecto y susceptible de un
análisis racional. Si esta confianza no hubiese sido tan
arraigada y emotiva y si esta búsqueda de conocimientos no
se hubiese inspirado en el Amor Dei intelectualis (Amor
intelectual de Dios, frase de la Ética de Spinoza), no es
comprensible cómo hubieran podido desplegar esa
devoción infatigable que es lo único que permite al
hombre alcanzar sus mayores triunfos.

Origen del
Universo: por SW Hawking

(Derechos de autor 1988 Stephen W.
Hawking. Todos los derechos reservados.)

[Nota: Esto está tomado de los
textos empleados en

Sintetizador de voz del profesor
Hawking.
Si bien la mayor parte de la ortografía y la
puntuación, peculiaridades exigidas por el
ordenador

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Hawking, Stephen William (1942- ),
físico teórico británico, conocido por sus
intentos de aunar la relatividad general con la teoría
cuántica y por sus aportaciones íntegramente
relacionadas con la cosmología. Nació en Londres y
obtuvo el doctorado en la Universidad de Cambridge, donde
trabajó como profesor de matemáticas desde 1979.
Gran parte de su trabajo hace referencia al concepto de agujero
negro. Su investigación indica que la relatividad general,
si es cierta, apoya la teoría de que la creación
del Universo tuvo su origen a partir de una Gran Explosión
o Big Bang, surgida de una singularidad o un punto de
distorsión infinita del espacio y el tiempo. Más
tarde depuró este concepto considerando todas estas
teorías como intentos secundarios de describir una
realidad, en la que conceptos como la singularidad no tienen
sentido y donde el espacio y el tiempo forman una superficie
cerrada sin fronteras[6]¿Qué se
infiere de que el universo haya tenido principio? Robert Jastrow
dijo: "El instante en que se produjo la explosión
cósmica, fue literalmente, el momento de la
creación". Penzias, uno de los descubridores de la
radiación cósmica de fondo, señaló:
"La astronomía nos conduce a un suceso único, a un
universo creado de la nada". Y George Smoot, director del equipo
COBE, indicó: "Nuestros hallazgos atestiguan el nacimiento
del universo"

El problema del origen del universo, es un poco como la
vieja pregunta: ¿Qué fue primero, la gallina o el
huevo. En otras palabras, lo que la agencia creó el
universo. Y lo que creó esa agencia. O tal vez, el
universo, o la agencia que lo creó, existieron siempre, y
no necesitan ser creados. Hasta hace poco, los científicos
han tendido a alejarse de esas preguntas, sintiendo que
pertenecían a la metafísica o la religión,
más que a la ciencia. Sin embargo, en los últimos
años, se ha sabido que las leyes de la ciencia pueden
tener incluso en el comienzo del universo. En ese caso, el
universo podría ser autónomo y completamente
determinado por las leyes de la ciencia.

El debate sobre si, y cómo, el universo
comenzó, ha estado sucediendo durante toda la historia
registrada. Básicamente, hay dos escuelas de pensamiento.
Muchas tradiciones tempranas, y las religiones judía,
cristiana e islámica, sostenían que el universo fue
creado en el pasado relativamente reciente. Por ejemplo, el
obispo Usher calcula una fecha de cuatro mil cuatro antes de
Cristo, para la creación del universo, mediante la suma de
las edades de las personas en el Antiguo Testamento. Un hecho que
se utilizó para apoyar la idea de un origen reciente, era
que la raza humana está evolucionando, obviamente, en la
cultura y la tecnología. Recordamos que primero realiza
esa acción, o desarrolló esta técnica. Por
lo tanto, las carreras arguement, podemos no han existido tanto
tiempo. De lo contrario, ya habría progresado más
de lo que tenemos. De hecho, la fecha bíblica de la
creación, no es que lejos de la fecha de la final de la
última Edad de Hielo, que es cuando los humanos modernos
parecen haber aparecido primero.

Por otro lado, algunas personas, como el filósofo
griego, Aristóteles, no les gustaba la idea de que el
universo tuvo un principio. A su juicio, ello implicaría
la intervención divina. Ellos preferían creer que
el universo había existido y existiría siempre.
Algo que era eterna, era más perfecto que algo que tuvo
que ser creado. Tenían una respuesta a la discusión
sobre el progreso humano, que he descrito. Era, que había
habido inundaciones periódicas u otros desastres
naturales, que establecen varias veces la raza humana la derecha
de nuevo al principio.

Ambas escuelas de pensamiento sostenían que el
universo era esencialmente inmutable en el tiempo. O bien se
había creado en su forma actual, o que había
existido siempre, como lo es hoy. Esta fue una creencia natural
en aquellos tiempos, porque la vida humana, y, de hecho, la
totalidad de la historia, son tan cortos que el universo no ha
cambiado significativamente durante ellos. En un universo
estático e inmutable, la cuestión de si el universo
ha existido siempre, o si fue creado en un tiempo finito en el
pasado, es realmente una cuestión de la metafísica
o la religión: o bien la teoría podría ser
responsable de tal universo. De hecho, en 1781, el
filósofo Immanuel Kant, escribió una obra
monumental, y muy oscura, la Crítica de la razón
pura. En él, llegó a la conclusión de que
había me lo quitaron igualmente válidas, tanto para
creer que el universo tuvo un principio, y por creer que no lo
hizo. Como su título indica, sus conclusiones se basaban
simplemente en la razón. En otras palabras, no tomaron
ninguna cuenta de las observaciones sobre el universo.
Después de todo, en un universo que no cambia,
¿qué había que observar?

En el siglo 19, sin embargo, la evidencia comenzó
a acumularse de que la tierra, y el resto del universo, eran de
hecho cambiando con el tiempo. Por un lado, los geólogos
se dieron cuenta de que la formación de las rocas y los
fósiles en ellos, habrían tomado cientos o miles de
millones de años. Esto era mucho más largo que la
edad de la Tierra, de acuerdo con los creacionistas. Por otra
parte, el físico alemán, Boltzmann,
descubrió la llamada Segunda Ley de la
Termodinámica. Se establece que la cantidad total de
desorden en el universo (que se mide por una cantidad llamada
entropía), siempre aumenta con el tiempo. Este, al igual
que el argumento sobre el progreso humano, sugiere que el
universo puede haber estado pasando por un tiempo finito. De lo
contrario, el universo sería por ahora han degenerado en
un estado de completo desorden, en el que todo iba a estar a la
misma temperatura.

Otra dificultad con la idea de un universo
estático, fue que de acuerdo a la Ley de la Gravedad de
Newton, cada estrella en el universo debería ser
atraído hacia cualquier otra estrella. Así que
¿cómo iban a permanecer a una distancia constante
entre sí. ¿No se caen todos juntos. Newton era
consciente de este problema sobre las estrellas que atraen el uno
al otro. En una carta a Richard Bentley, un filósofo que
lleva parte del tiempo, él estuvo de acuerdo que una
colección finita de estrellas no podía permanecer
inmóvil: todos caerían juntos, hasta cierto punto
central. Sin embargo, argumentó que una colección
infinita de estrellas, no caería en conjunto, porque
allí no habría ningún punto central para que
caigan al. Este argumento es un ejemplo de las dificultades que
se pueden encontrar cuando se habla de sistemas infinitos.
Mediante el uso de diferentes formas de sumar las fuerzas en cada
estrella, de la infinidad de otras estrellas en el universo, se
puede obtener diferentes respuestas a la pregunta: ¿pueden
permanecer a distancia constante entre sí. Ahora sabemos
que la proceedure correcta, es considerar el caso de una
región finita de estrellas. Entonces se añade
más estrellas, distribuidas más o menos
uniformemente fuera de la región. Una colección
finita de estrellas caerán juntos. De acuerdo con la ley
de Newton de la gravedad, la adición de más
estrellas fuera de la región, no se detendrá la
caída. Por lo tanto, una colección infinita de
estrellas, no puede permanecer en un estado inmóvil. Si no
se mueven uno respecto al otro a la vez, la atracción
entre ellos, hará que se empiezan a caer hacia la otra.
Alternativamente, se pueden alejando el uno del otro, con la
gravedad ralentizar la velocidad de recesión.

A pesar de estas dificultades con la idea de un universo
estático e inmutable, nadie en los siglos XX siglos XVII,
XVIII, siglo XIX o, sugirió que el universo podría
estar evolucionando con el tiempo. Newton y Einstein, se
perdieron la oportunidad de predecir, que el universo
debería ser la contratación, o en expansión.
Uno no puede realmente Hold It Against Newton, porque él
tenía doscientos cincuenta años antes del
descubrimiento observacional de la expansión del universo.
Pero Einstein debería haber sabido mejor. Sin embargo,
cuando formuló la Teoría General de la Relatividad
de reconciliar la teoría de Newton con su Teoría
Especial de la Relatividad, añadió el llamado, ''
constante cosmológica ''. Esto tuvo un efecto
gravitacional repulsiva, lo que podría equilibrar el
efecto de atracción de la materia en el universo. De esta
manera, fue posible tener un modelo estático del
universo.

Einstein dijo más tarde: La constante
cosmológica era el mayor error de mi vida. Eso fue
después de las observaciones de galaxias distantes, por
Edwin Hubble en la década de 1920, se había
demostrado que se alejan de nosotros, con velocidades que eran
más o menos proporcional a su distancia de nosotros. En
otras palabras, el universo no es estático, como se
había pensado anteriormente: se está expandiendo.
La distancia entre las galaxias está aumentando con el
tiempo.

El descubrimiento de la expansión del universo,
cambió por completo la discusión sobre su origen.
Si se toma el actual movimiento de las galaxias, y ejecutarlo en
el tiempo, parece que todos ellos deben haber estado en uno
encima del otro, en algún momento, hace entre diez y
veinte mil millones de años. En este momento, lo que se
llama el Big Bang, la densidad del universo, y la curvatura del
espacio-tiempo, habría sido infinita. Bajo tales
condiciones, todas las leyes conocidas de la ciencia se
romperían. Esto es un desastre para la ciencia. Esto
significaría que la ciencia por sí sola, no
podía predecir cómo empezó el universo. Todo
lo que la ciencia podría decir es que: El universo es como
es ahora, porque era como lo era entonces. Pero la ciencia no
podía explicar por qué era, como era, justo
después del Big Bang.

No es sorprendente que muchos científicos no
estaban contentos con esta conclusión. Hubo por lo tanto
varios intentos de evitar el Big Bang. Uno fue la llamada
teoría del Estado Estacionario. La idea era que, como las
galaxias se separan unas de otras, nuevas galaxias se forman en
los espacios entre medio, de la materia de que continuamente se
está creando. El universo habría existido y
seguirá existiendo, para siempre, en más o menos el
mismo estado como lo es hoy.

El modelo del Estado Estacionario requiere una
modificación de la relatividad general, con el fin de que
el universo debería seguir ampliando, y se creará
la nueva materia. El ritmo de creación necesitaba era muy
bajo: alrededor de una partícula por kilómetro
cúbico por año. Por lo tanto, esto no
estaría en conflicto con la observación. La
teoría también predice que la densidad media de las
galaxias y objetos similares, debe ser constante, tanto en el
espacio y el tiempo. Sin embargo, una encuesta de fuentes
extra-galácticos de ondas de radio, fue realizada por
Martin Ryle y su grupo en Cambridge. Esto mostró que
había muchas fuentes más débiles, que los
más fuertes. En promedio, se podría esperar que las
fuentes débiles eran los más distantes.
Había, pues, dos posibilidades: O bien, estuvimos en una
región del universo, en el que las fuentes de fuertes
fueron menos frecuentes que la media. O, la densidad de las
fuentes fue mayor en el pasado, cuando la luz salió de las
fuentes más distantes. Ninguna de estas posibilidades era
compatible con la predicción de la teoría del
Estado Estacionario, que la densidad de las fuentes de radio debe
ser constante en el espacio y el tiempo. El golpe final a la
teoría del Estado Estacionario fue el descubrimiento, en
1965, de un fondo de microondas. Estos tenían el espectro
característico de la radiación que emite por un
cuerpo caliente, aunque, en este caso, el término,
caliente, es poco apropiado, puesto que la temperatura era de
sólo 2,7 grados por encima del cero absoluto. El universo
es un lugar oscuro y frío! No existía un mecanismo
razonable, en la teoría del Estado Estacionario, para
generar microondas con tal espectro. Por tanto, la teoría
tuvo que ser abandonado.

Otra idea para evitar una singularidad, fue sugerido por
dos rusos, Lifshitz y Khalatnikov. Dijeron que tal vez un estado
de densidad infinita, sólo se produciría si las
galaxias se movían directamente hacia, o desde, el uno al
otro. Sólo entonces, serían las galaxias todos han
reunido en un solo punto en el pasado. Sin embargo, se
podría esperar que las galaxias habrían tenido
algunas pequeñas velocidades de lado, así como su
velocidad hacia o lejos el uno del otro. Esto podría haber
hecho posible que haya sido una fase de contracción
anterior, en la que las galaxias de alguna manera lograron evitar
chocar entre sí. El universo podría entonces han
vuelto a expandir, sin pasar por un estado de densidad
infinita.

Cuando Lifshitz y Khalatnikov hicieron su sugerencia, yo
era un estudiante de investigación, en busca de un
problema con el que para completar mi tesis doctoral. Dos
años antes, yo había sido diagnosticado de ALS, o
enfermedad de la motoneurona. Me habían dado a entender
que tenía sólo dos o tres años de vida. En
esta situación, no parece vale la pena trabajar en mi
tesis doctoral, porque no me lo esperaba para terminarlo. Sin
embargo, dos años habían pasado, y yo no era mucho
peor. Por otra parte, me había convertido comprometida
para casarme. Con el fin de casarse, tenía que conseguir
un trabajo. Y con el fin de conseguir un trabajo, que
tenía que terminar mi tesis.

Yo estaba interesado en la cuestión de si
había habido una singularidad del Big Bang, porque eso era
crucial para la comprensión del origen del universo. Junto
con Roger Penrose, he desarrollado un nuevo conjunto de
técnicas matemáticas, para hacer frente a este
problema y otros similares. Hemos demostrado que si la
relatividad general es correcta, cualquier modelo razonable del
universo debe comenzar con una singularidad. Esto
significaría que la ciencia podía predecir que el
universo debe haber tenido un principio, pero que no podía
predecir cómo el universo debe comenzar: para que uno
tendría que apelar a Dios.

Ha sido interesante ver el cambio en el clima de
opinión sobre las singularidades. Cuando yo era un
estudiante de posgrado, casi nadie tomó en serio las
singularidades. Ahora, como resultado de los teoremas de
singularidad, casi todo el mundo cree que el universo
comenzó con una singularidad. Mientras tanto, sin embargo,
he cambiado de opinión: todavía creo que el
universo tuvo un principio, pero que no era una
singularidad.

La Teoría General de la Relatividad, es lo que se
llama una teoría clásica. Es decir, que no toma en
cuenta el hecho de que las partículas no tienen posiciones
y velocidades definidas con precisión, pero se ha manchado
a lo largo de una pequeña región por el principio
de incertidumbre de la mecánica cuántica. Esto no
importa en situaciones normales, debido a que el radio de
curvatura del espacio-tiempo, es muy grande en comparación
con la incertidumbre en la posición de una
partícula. Sin embargo, los teoremas de singularidad
indican que el espacio-tiempo será muy distorsionada, con
un pequeño radio de curvatura, al comienzo de la presente
fase de expansión del universo. En esta situación,
el principio de incertidumbre será muy importante.
Así, la relatividad general provoca su propia
caída, mediante la predicción de las
singularidades. Con el fin de discutir el principio del universo,
necesitamos una teoría que combina la relatividad general
con la mecánica cuántica.

Todavía no sabemos la forma exacta de la
teoría correcta de la gravedad cuántica. El mejor
candidato que tenemos en este momento, es la teoría de
supercuerdas, pero todavía hay una serie de dificultades
no resueltas. Sin embargo, hay ciertas características que
esperamos estar presentes, en cualquier teoría viable. Una
de ellas es la idea de Einstein, que los efectos de la gravedad
pueden ser representados por un espacio-tiempo, que se curva o
distorsionada por la materia y la energía en ella. Objetos
tratan de seguir lo más parecido a una línea recta,
en este espacio curvo. Sin embargo, debido a que es curvada, sus
caminos parece doblada, como si por un campo
gravitacional.

Otro elemento que se espera que estén presentes
en la última teoría, es la propuesta de Richard
Feynman que la teoría cuántica puede formularse
como una suma de historias. En ella forma más simple, la
idea es que una partícula tiene cada camino posible, o de
la historia, en el espacio tiempo. Cada camino o historia tiene
una probabilidad que depende de su forma. Para que esta idea
funcione, hay que considerar las historias que tienen lugar en
`imaginario '' tiempo ', en lugar de la hora real en que nos
percibimos a nosotros mismos como viviendo. El tiempo imaginario
puede sonar como algo salido de la ciencia ficción, pero
es un concepto matemático bien definido. Se puede
considerar como una dirección del tiempo que está
en ángulo recto a tiempo real, en algún sentido.
Una suma de las probabilidades para todas las historias de
partículas con ciertas propiedades, tales como pasar a
través de ciertos puntos en ciertos momentos. Entonces uno
tiene que extrapolar el resultado, de nuevo al espacio tiempo
real en el que vivimos. Este no es el enfoque más
familiarizados con la teoría cuántica, pero da los
mismos resultados que otros métodos.

En el caso de la gravedad cuántica, la idea de
Feynman de una Suma “ sobre Histories '' implicaría
sumando diferentes historias posibles para el universo. Es decir,
diferentes momentos espacio curvo. Uno tiene que especificar
qué clase de posibles espacios curvos que debe incluirse
en la suma de historias. La elección de esta clase de
espacios, determina en qué estado del universo está
en. Si la clase de espacios curvos que define el estado del
universo, incluidos los espacios con singularidades, las
probabilidades de tales espacios no estarían determinadas
por la teoría. En lugar de ello, que tendrían que
ser asignado de alguna manera arbitraria. Lo que esto significa,
es que la ciencia no puede predecir las probabilidades de tales
historias singulares para el espacio-tiempo. Por lo tanto, no
podía predecir cómo debe comportarse el universo.
Sin embargo, es posible que el universo está en un estado
definido por una suma que incluye sólo los espacios curvos
no singulares. En este caso, las leyes de la ciencia
determinarían completamente el universo: no se
tendría que hacer un llamamiento a un agente externo al
universo, para determinar cómo comenzó. En cierto
modo, la propuesta de que el estado del universo está
determinado por una suma sobre historias sólo no
singulares, es como el borracho que busca su llave debajo de la
farola: puede que no sea en la que la perdió, pero es la
única lugar en el cual pudiera encontrarlo. Del mismo
modo, el universo no puede estar en el estado definido por una
suma de historias no singulares, pero es el único estado
en el que la ciencia podía predecir cómo debe ser
el universo.

En 1983, Jim Hartle y yo, propusieron que el estado del
universo debe ser administrado por una suma sobre una determinada
clase de historias. Esta clase consistía en espacios
curvos, sin singularidades, y que eran de tamaño finito,
pero que no tenía límites o bordes. Serían
como la superficie de la Tierra, pero con dos dimensiones
más. La superficie de la Tierra tiene un área
finita, pero no tiene ninguna singularidad, fronteras o bordes.
He probado esto experimentalmente. Me fui por el mundo, y yo no
caigo.

La propuesta que Hartle y yo hicimos, puede
parafrasearse como: La condición de frontera del universo
es, que no tiene límite. Es sólo si el universo es
en este hay un límite '"estado` `, que las leyes de la
ciencia, por sí mismos, determinan las probabilidades de
cada posible historia. Por lo tanto, sólo es en este caso
que las leyes conocidas determinarían cómo debe
comportarse el universo. Si el universo es en cualquier otro
estado, la clase de los espacios curvos, en la Suma “ sobre
Histories '', incluirá espacios con singularidades. Con el
fin de determinar las probabilidades de tales historias
singulares, uno tendría que invocar algún principio
distinto de las leyes conocidas de la ciencia. Este principio
sería algo externo a nuestro universo. No podríamos
deducirlo de dentro del universo. Por otro lado, si el universo
es en el no '"estado límite` `, podríamos, en
principio, a determinar por completo cómo debe comportarse
el universo, hasta los límites establecidos por el
principio de incertidumbre.

Sería claramente agradable para la ciencia si el
universo fuera en el no '"estado límite` `, pero
¿cómo podemos decir si es? La respuesta es, que la
proposición de no frontera hace predicciones definitivas,
sobre cómo debe comportarse el universo. Si estas
predicciones no se pongan de acuerdo con la observación,
podríamos concluir que el universo no está en la
frontera no '' estado ''. Por lo tanto, el no '' propuesta
límite “ es una buena teoría científica, en
el sentido definido por el filósofo Karl Popper: puede ser
falsificado por la observación.

Si las observaciones no están de acuerdo con las
predicciones, sabremos que debe existir singularidades en la
clase de historias posibles. Sin embargo, eso es todo lo
sabríamos. No seríamos capaces de calcular las
probabilidades de las historias singulares. Por lo tanto, no
seríamos capaces de predecir cómo debe comportarse
el universo. Uno podría pensar que esta imprevisibilidad
no importaría demasiado, si es que ocurrió
sólo en el Big Bang. Después de todo, eso fue hace
diez o veinte millones de años. Pero si la previsibilidad
se rompió en los campos gravitacionales muy fuertes en el
Big Bang, también podría romper cuando
colapsó una estrella. Esto puede ocurrir varias veces por
semana, sólo en nuestra galaxia. Por lo tanto, nuestro
poder de predicción sería pobre, incluso para los
estándares de las previsiones
meteorológicas.

Por supuesto, se podría decir que uno no se
preocupan por la ruptura de la previsibilidad, que se produjo en
una estrella distante. Sin embargo, en la teoría
cuántica, cualquier cosa que no está realmente
prohibido, se puede y se ~ sucederá. Por lo tanto, si la
clase de historias posibles incluye espacios con singularidades,
estas singularidades pueden ocurrir en cualquier parte, no
sólo en el Big Bang y en el colapso de estrellas. Esto
significaría que no podríamos predecir nada. Por el
contrario, el hecho de que somos capaces de predecir los
acontecimientos, es evidencia experimental contra singularidades,
y para la no frontera '' propuesta ''.

Así que lo que hace la proposición de no
frontera, predecir para el universo. El primer punto a destacar,
es que debido a que todas las historias posibles para el universo
son finitos en extensión, cualquier cantidad que se usa
como una medida de tiempo, tendrá un mayor y un menor
valor. Así que el universo tendrá un comienzo y un
fin. Sin embargo, el comienzo no será una singularidad. En
su lugar, será un poco como el Polo Norte de la Tierra. Si
se tiene grados de latitud en la superficie de la Tierra para ser
el anallogue de tiempo, se podría decir que la superficie
de la Tierra comenzó en el Polo Norte. Sin embargo, el
Polo Norte es un punto perfectamente normal en la Tierra. No hay
nada especial en él, y las mismas leyes sostienen en el
Polo Norte, como en otros lugares de la Tierra. Del mismo modo,
el caso de que podríamos optar por etiquetar, como “ el
comienzo del universo '", sería un punto ordinario del
espacio-tiempo, como cualquier otro, las leyes de la ciencia se
mantendrían al principio, como en otras partes.

A partir de la analogía con la superficie de la
Tierra, se podría esperar que el fin del universo
sería similar al principio, al igual que el Polo Norte se
parece mucho al Polo Sur. Sin embargo, los polos norte y sur
corresponden al principio y al final de la historia del universo,
en el tiempo imaginario, no el tiempo real que experimentamos. Si
se hace una extrapolación de los resultados de la Suma “
sobre Histories '' de tiempo imaginario a tiempo real, se
encuentra que el comienzo del universo en tiempo real puede ser
muy diferente de su fin. Es difícil trabajar en los
detalles, por lo que la propuesta de no frontera predice para el
comienzo y fin del universo, por dos razones. En primer lugar,
todavía no sabemos las leyes exactas que rigen la gravedad
de acuerdo con el principio de incertidumbre de la
mecánica cuántica. Aunque sabemos la forma general
y muchas de las propiedades que deberían tener. En segundo
lugar, incluso si supiéramos las leyes precisas, no
podríamos utilizar para hacer predicciones exactas.
Sería demasiado difícil, para resolver las
ecuaciones exactamente. Sin embargo, sí parece posible
para tener una idea aproximada, de lo que la condición de
no frontera implicaría. Jonathan Halliwell y yo, han hecho
un cálculo aproximado tales. Se han tratado el universo
como un fondo perfectamente lisa y uniforme, en el que
había pequeñas perturbaciones de densidad. En
tiempo real, el universo parece comenzar su expansión en
un radio mínimo. Al principio, la expansión
sería lo que se llama inflación. Es decir, el
universo se duplicaría en tamaño cada
pequeña fracción de segundo, justo cuando los
precios se duplican cada año en algunos países. El
récord mundial de inflación económica, fue
probablemente Alemania después de la Primera Guerra
Mundial. El precio de una hogaza de pan, salió de debajo
de una marca, a millones de marcas en pocos meses. Pero eso no es
nada en comparación con la inflación que parece
haber ocurrido en el universo primitivo: un aumento de
tamaño en un factor de al menos un millón de
millones de millones de millones de millones de veces, en una
pequeña fracción de segundo. Por supuesto, eso fue
antes de que el actual gobierno.

Esta inflación fue una buena cosa, ya que produce
un universo que era suave y uniforme a gran escala, y se estaba
expandiendo a sólo la tasa crítica para evitar
colapsar. La inflación fue también una buena cosa,
ya que produce todos los contenidos del universo, bastante
literalmente de la nada. Cuando el universo era un solo punto,
como el Polo Norte, no contenía nada. Sin embargo, en la
actualidad hay por lo menos 10 de las 80 partículas en la
parte del universo que podemos observar. ¿De dónde
salieron todas estas partículas vienen? La respuesta es,
que la relatividad y la mecánica cuántica, permiten
asunto a ser creados a partir de la energía, en forma de
partículas pares anti-partículas. Así que,
¿de dónde procede la energía, para crear el
problema? La respuesta es, que era prestada, de la energía
gravitacional del universo. El universo tiene una enorme deuda de
energía gravitatoria negativa, lo que equilibra
exactamente la energía positiva de la materia. Durante el
período inflacionario, el universo se endeudó
fuertemente de su energía gravitacional, para financiar la
creación de más materia. El resultado fue un
triunfo de Reagan la economía: un universo vigorosa y en
expansión, llena de objetos materiales. La deuda de la
energía gravitacional, no tendrá que ser
reembolsados ??hasta el fin del universo.

El universo primitivo no pudo haber sido exactamente
homogénea y uniforme, porque eso violaría el
principio de incertidumbre de la mecánica cuántica.
En su lugar, tiene que haber habido desviaciones de densidad
uniforme. La propuesta de no frontera, implica que estas
diferencias en la densidad, sería empezar en su estado
fundamental. Es decir, que sería lo más
pequeño posible, en consonancia con el principio de
incertidumbre. Sin embargo, durante la expansión
inflacionaria, serían amplificados. Después del
periodo de expansión inflacionaria había terminado,
uno quedaría con un universo que se expande un poco
más rápido en algunos lugares que en otros. En las
regiones de expansión más lenta, la
atracción gravitatoria de la materia, se frenaría
la expansión aún más. Con el tiempo, la
región dejaría de expandirse y se contraería
para formar galaxias y estrellas. Por lo tanto, la
proposición de no frontera, puede dar cuenta de toda la
complicada estructura que vemos a nuestro alrededor. Sin embargo,
no tiene una sola predicción para el universo. En su
lugar, se predice una familia entera de historias posibles, cada
una con su propia probabilidad. Puede haber una posible historia
en la que Walter Mondale ganó la última
elección presidencial, aunque tal vez la probabilidad es
baja.

La proposición de no frontera, tiene profundas
implicaciones para el papel de Dios en los asuntos del universo.
Ahora es generalmente aceptado, que el universo evoluciona
según leyes bien definidas. Estas leyes pueden haber sido
ordenado por Dios, pero parece que él no interviene en el
universo, para romper las leyes. Sin embargo, hasta hace poco, se
pensaba que estas leyes no se aplicaban a los principios del
universo. Correspondería a Dios para cerrar el reloj, y
estableció el universo va, de ninguna manera
quería. Por lo tanto, el estado actual del universo,
sería el resultado de la elección de las
condiciones iniciales de Dios. La situación sería
muy diferente, sin embargo, si algo como la proposición de
no frontera eran correctas. En ese caso, las leyes de la
física se mantenga, incluso en el comienzo del universo.
Así que Dios no tendría la libertad de elegir las
condiciones iniciales. Por supuesto, Dios seguiría siendo
libre de elegir las leyes que el universo obedecía. Sin
embargo, esto puede no ser mucho de una elección.
Sólo puede haber un pequeño número de leyes,
que son auto consistente, y que conducen a los seres complicados,
como nosotros mismos, que pueden hacer la pregunta:
¿Cuál es la naturaleza de Dios? Incluso si
sólo hay una, conjunto único de leyes posibles, es
sólo un conjunto de ecuaciones. ¿Qué es lo
que respira fuego en las ecuaciones, y hace un universo para
ellos gobiernan. Es la última teoría unificada tan
convincente, que trae sobre su propia existencia. Aunque la
ciencia puede resolver el problema de la ~ cómo
empezó el universo, no puede responder a la pregunta:
¿por qué el universo se molesta en existir? Tal vez
sólo Dios puede responder a eso.

Conclusión

El universo tuvo un momento de creación en tal
virtud tuvo un creador, no pudo haberse hecho así mismo,
la existencia de armonía, belleza, leyes físicas,
químicas, etc, que lo gobiernan implican la existencia de
un hacedor. La teoría de la gran explosión es
contundente, demuestra científicamente que el universo
tuvo un momento de creación, y que se encuentra en
expansión constante, si invertimos este fenómeno, y
lo imaginamos en sentido contrario, de tal suerte que la
expansión se transforme en una condensación
regresaremos al mismo instante del Big – Bang, o sea la
obra de Dios.

Con el Big – Bang, o sin el Big
– Bang, Para mi Ing. Licdo. Yunior Andrés Castillo
S. Si existe Dios.

Ensayos similares se pueden encontrar en el
libro del profesor Hawking, Agujeros negros y pequeños
universos y otros ensayos
, Bantam Books, 1993, ISBN:
0553095234

16 de noviembre 1993

 

 

Autor:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
S.

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2014.

[1] "Relatividad", Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft
Corporation. Reservados todos los derechos.

[2] "Agujero negro", Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft
Corporation. Reservados todos los derechos.

[3] "Dios", Enciclopedia Microsoft®
Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft Corporation.
Reservados todos los derechos.

[4] "Cosmología", Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft
Corporation. Reservados todos los derechos.

[5] "Universo, Origen del", Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft
Corporation. Reservados todos los derechos.

[6] "Hawking, Stephen William", Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 98 © 1993-1997 Microsoft
Corporation. Reservados todos los derechos.

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